¿Y si la sinceridad no nos rodea?
- vintagebohochic
- 11 abr 2016
- 3 Min. de lectura

¿Cuantas veces en la vida has sentido que brindas a otros tu mejor trato, tu mejor saludo, tu mejor sonrisa y hasta tu mejor disposición de ayudar en caso de que necesite de ti y no has sido correspondida o correspondido como esperas?
He pasado horas observando personas, como son, como se comportan, que trato tienen hacia los demás, muchos de ellos en cierto momento pueden ser amables y sonrientes pero a penas la persona se retira no dudan en sacar el puñal para hablar mal, criticar y cuestionar las decisiones que en un momento determinado tomo. A esta clase de gente millones de autores las tildan como GENTE TOXICA.
Si, toxica, porque lo único que saben aportar a la sociedad es un sentimiento mediocre llamado HIPOCRESÍA, sienten que solo ellos tienen derecho a equivocarse así que se ponen el traje de juez y se dedican a señalar los errores de otros sin saber que con esa acción perjudican al prójimo.
Como primera medida debemos conocer a fondo que puntos definen a una persona toxica, y para eso debemos analizar lo siguiente:
1. En primer lugar, una persona que habla en exceso de sí misma y se olvida del otro muestra exceso de ego.
2. Otra actitud tóxica es la queja constante de quienes tienen un discurso pesimista y negativo. Existen personas que siempre ven el vaso medio vacío y hacen un drama de situaciones cotidianas.
3. Asumir el rol de víctima con mucha facilidad. Es una forma de querer ser el centro del mundo y de llamar la atención de los demás.
4. Algunas personas creen que el mundo está en su contra, pero no analizan qué es lo que pueden estar haciendo mal en su comportamiento. Es decir, tener capacidad de auto crítica es el primer paso para cambiar.
5. La envidia, los celos y la soberbia son como vampiros emocionales que roban la energía de los demás.
6. Las personas que viven algún tipo de actitud tóxica no son felices porque su modo de pensar les impide vivir en calma y en armonía con el entorno. Sin embargo, conviene destacar, que cualquier persona tiene todos los recursos necesarios para modificar ciertas actitudes y tener más felicidad.
7. Una persona que sufre la actitud tóxica de la envidia no se alegra con las alegrías del amigo porque, a nivel interno, vive pendiente de su propia carencia.
8. Una persona que tiene la actitud tóxica del exceso de soberbia es aquella que ejerce el rol de autoridad constante, te corrige incluso cuando no tiene que hacerlo y se comporta como si estuviera en posesión de la verdad. Además, no se permite aprender de los demás y se siente incómoda cuando le llevan la contraria.
9. Una persona que tiene actitudes que no le dejan ser feliz termina agotada por sus propios pensamientos negativos que se vuelven un disco repetitivo. Una actitud tóxica es la de responsabilizar a los demás de asuntos propios.
10. Las personas que tienen actitudes tóxicas sufren mucho pero con frecuencia, no demuestran su malestar porque no reconocen sus propios errores. De esta forma, se ponen a la defensiva en las relaciones personales. El primer paso para poder avanzar y pedir ayuda es detectar un área de mejora.
El relacionarnos con personas toxicas nos puede afectar por medio del desanimo con frases como "tenían razón, yo nunca podre hacer algo útil por mi vida", por medio de inseguridades "es que si me arriesgo a estudiar otra carrera probablemente fracase", y por medio de la típica preocupación sobre el que dirán.
Recuerda que llegaste a esta vida para ser feliz y mientras tus decisiones no perjudiquen a los demás eres una persona libre y autónoma de escoger que es lo mejor para ti y nadie tiene porque interferir en eso.
Esto no quiere decir que no habrán quienes se sientan con el derecho de cuestionar tus acciones, siempre existirán este tipo de personas pero esta en ti el decidir si permitir que te afecten o liberarte de la carga emocional que muchas veces conlleva.
Nunca esta de mas que realices una lista de tus fortalezas y debilidades y te repitas a ti mismo frases motivadoras y positivas, "yo si puedo", "debo esforzarme", "los demás no existen" y en lo posible alejarte de quienes no contribuyen a tu crecimiento personal. Yo lo he hecho y admito que fue difícil tomar la decisión de distanciarme pero con eso pude comprender que no solo me estaba haciendo un favor a mi sino también a la otra persona.
Las criticas no siempre son malas, muchas veces sirven de ayuda para corregir algo que no estemos haciendo bien y funcionan mejor cuando la persona que nos la dice es alguien a quien respetamos, admiramos, o simplemente alguien que nos muestre con acciones que su vida y su experiencia en ella puede servirnos de ejemplo a nosotros.
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